Es un espíritu burlón que persigue a las mujeres, especialmente a las muchachas bonitas.
Solo se deja ver de las mujeres a quienes persiguen y se les presenta en forma de un niño que hace toda clase de muecas, les tira objetos y le propone amores, a las que acceden les lleva frutas.
Al duende hay que decirle toda clase de groserías y en esa forma se retira definitivamente. También se va si se toca música de cuerda porque se dice que así recuerda la música celestial.
FIN
Autor: María Alejandra Avella